CON UN POEMA EN LAS MANOS
Hacia el Atlántico Sur
se está moviendo la OTAN:
quiere hacerse con la
historia,
aunque se apague la luz
y la noche y la derrota
nos pesen como una losa
en el Atlántico Sur
Con promesas se enamora
a nuestras islas. Salud
entre bacterias coloca
quien quiere negar la
hora,
la sal y la plenitud
que sus solares
pregonan.
Hacia el Atlántico Sur
quiere moverse la OTAN.
Pero aquí están las
palomas
de la paz que, a cara o
cruz,
se van a jugar la aurora
en el Atlántico Sur.
No con homicidas rayos
ni con un arma de
guerra,
con un poema en las
manos,
que dispara sólo
estrellas,
defiendo mi suelo
patrio:
mi tierra, siempre mi
tierra.
No quiero que la
conviertan
en portaviones de
asalto,
en puertos de fríos
barcos
de bandería extranjera,
para tener en bandeja
a los pueblos africanos.
Con un poema en las
manos
digo que no a la OTAN negra
(no de piel, sino de
vela
desplegada de corsario).
Digo que no a la OTAN ciega
partiendo de mis arenas
para mejor hacer blanco.
Con un poema en las
manos
quiero impedir que la
afrenta
se consume, que mi
espacio
se sienta contaminado
de botas filibusteras,
de ratas y mercenarios,
y que un mal día mis
campos,
mis montes, mi vida
entera,
del mapa desaparezcan
con desgarrador espanto.
Con un poema en las
manos
digo: ¡canarios, alerta!
Digamos todos muy alto:
no más paro, más
miseria,
más dejaciones
pesqueras.
Sí más puestos de
trabajo,
más escuelas, más
viviendas
y un largo etcétera y
etcétera.
Todos a una en el canto
para exigir a quien sea
neutralidad sin engaños
para Canarias, que es
nuestra
y jamás será de extraños
traficantes del planeta,
comprando lo más sagrado
de un pueblo, su propia
tierra,
por un plato de lentejas
y por el pan más amargo.
Gritad a quien lo ha
soñado
que Canarias no está en
venta.
Que aquí no habrá
fortaleza
que sustituya al
canario:
corazón de pura cepa.
Con un poema en las
manos:
con él yo subo la cuesta
de un tiempo grave y
cargado
de criminales tormentas,
para gritar terminando,
en esta tribuna abierta,
a la que he sido
invitado,
que en sus riscos y en
sus llanos
Canarias está despierta,
en pie, como siempre ha
estado,
contra el intruso que
quiera
volverse de pronto amo
de nuestras vidas y
haciendas.
El ser o no ser nos
jugamos
como pueblo en la inclemencia
de un tiempo
sobresaltado.
Y no le demos más
vueltas:
o levantamos cabeza
y a la OTAN nos negamos,
o sumisos nos plegamos
al monstruo que nos
acecha
con sus pesadas cadenas
para la voz triturarnos
en no muy lejanas
fechas.
Aquí lo estoy denunciando,
levantando mi protesta
con todos los ciudadanos
de mi tierra:
Con un poema en las
manos.